La biomasa se presenta como un recurso esencial para la transición energética, combinando rentabilidad económica y sostenibilidad ambiental. Su potencial en España y el mundo crece día a día.
La biomasa consiste en materia orgánica que puede convertirse en calor, electricidad o biocombustibles. Su característica principal es su origen biológico, lo cual la diferencia de los combustibles fósiles.
Para aprovechar la biomasa existen varios métodos de transformación, cada uno con aplicaciones y rendimientos diferentes:
Cada técnica puede adaptarse a las necesidades de la industria, el transporte o los servicios públicos.
El uso de biomasa ofrece beneficios claros para el medio ambiente y para las comunidades rurales:
Además, al fomentar la creación de oportunidades laborales en zonas rurales, se fortalece el tejido social y económico de muchas regiones.
España cuenta con más de 17 millones de toneladas equivalentes de petróleo (tep) anuales disponibles en biomasa. Sin embargo, la fragmentación de las fincas y la distancia a las plantas elevan los costes logísticos.
El sector eléctrico representó solo un 2,1% de la producción nacional en 2016, pero el potencial de crecimiento es significativo si se eliminan barreras estructurales.
Los proyectos de plantas de biomasa en España alcanzan una Tasa Interna de Retorno del 13,6%, una cifra destacable en un entorno de tipos de interés bajos.
El periodo de recuperación de la inversión varía entre 1 y 4 años:
Además, cuando la biomasa procede de residuos propios en industrias agrícolas, el coste puede aproximarse a cero.
El principal desafío es el abastecimiento eficiente. La dispersión geográfica de las fuentes de biomasa aumenta los costes de transporte y complica la planificación.
Garantizar la procedencia responsable de la materia prima es esencial para mantener el balance ambiental positivo. Los desplazamientos largos pueden anular gran parte de los beneficios de la biomasa.
En Europa y España existen incentivos y subsidios que estimulan el desarrollo de proyectos de biomasa. La inclusión en el mercado de emisiones ETS puede mejorar la rentabilidad para grandes consumidores.
La normativa favorece la financiación mediante bonos verdes y rondas de inversión abiertas a ciudadanos y empresas, como el caso de una planta en Girona con un objetivo de 157.000 euros.
La biomasa es especialmente competitiva en la industria pesada y en generación de calor. En el ámbito del transporte, los biocombustibles derivados pueden descarbonizar sectores difíciles como el aéreo y el marítimo.
Ejemplos reales muestran proyectos financiados por inversores particulares, y empresas del sector cotizan en bolsa, aunque todavía de forma limitada. Las cenizas resultantes de la combustión se utilizan como fertilizantes, cerrando el ciclo de la economía circular.
La biomasa, con su combustible renovable y de bajo coste, se perfila como una de las soluciones clave para alcanzar los objetivos de descarbonización y asegurar un futuro energético sostenible y próspero.
Referencias